Se produce un descenso de ST acompañado de negativización de la onda T en las derivaciones que miran hacia la región del corazón afectada. Esta alteración del ECG se normaliza cuando el paciente deja de tener dolor (Figura 24).
También hay datos que permiten valorar la severidad de la isquemia. Cuantas más derivaciones vean las alteraciones típicas, cuanto más severo es el descenso del ST y cuánto más tiempo tarde en normalizarse, más grave es la isquemia que está sufriendo el paciente.
A los cardiólogos nos resulta muy útil para hacer el diagnóstico tener un ECG cuando el paciente tiene dolor y otro cuando ya se le ha quitado. La comparación de ambos ECG es lo realmente importante, y hablamos de que ha habido cambios eléctricos o cambios dinámicos cuando hay alteraciones ECG cuando el paciente tiene dolor y que desaparecen en el ECG obtenido cuando el dolor ha pasado. Se debe tener en cuenta que la depresión del segmento ST y la negativización de la onda T son alteraciones bastante inespecíficas, que pueden obedecer a otras circunstancias, como crecimiento del ventrículo izquierdo o tratamiento con digoxina. Sin embargo, con todo este tipo de otras causas las alteraciones del ECG suelen ser fijas.