Es la situación ideal para la mecánica cardiaca, ya que el impulso cardiaco nace del nodo sinusal y se transmite de forma organizada para que primero se contraigan las aurículas (lo que produce la onda P en el ECG) para llenar los ventrículos y luego se contraigan los dos ventrículos de forma coordinada (lo que produce el QRS) para enviar un volumen de sangre a la circulación periférica.
Los pacientes en ritmo sinusal tienen una frecuencia cardiaca regular entre 60 y 100 lpm. El dato que permite identificar sin dudas el ritmo del paciente como sinusal es distinguir con claridad la onda P en el registro del ECG, que es una onda pequeña y de bajo voltaje que aparece antes del complejo QRS (Figura 15).

El ritmo sinusal es también la situación ideal para los estudios de TC y RMN cardiacos, puesto que el ritmo regular del corazón hace que el patrón de movimiento cardiaco sea muy estable y el gating funcione de forma perfecta.