El manejo de la anticoagulación en pacientes con accidentes cerebrovasculares hemorrágicos supone un escenario clínico complejo en el que es fundamental evaluar el tanto el riesgo hemorrágico como el trombótico de manera individualizada. Se presenta el caso de una paciente con una prótesis mecánica cardiaca y un accidente cerebrovascular con transformación hemorrágica, y las complicaciones derivadas de su situación clínica.
Los pacientes con bradicardia sintomática o con repercusión hemodinámica secundaria a bradicardia tienen frecuentemente indicación de colocación de marcapasos transvenoso temporal. Su colocación puede hacerse a ciegas o con guía electrocardiográfica, siendo lo ideal guiar el procedimiento con una técnica de imagen, como la fluoroscopia (permite ver el recorrido extra e intracardiaco del electrodo), o con guía ecográfica (permite visualizar el recorrido intracardiaco) que además tiene la ventaja de ser más accesible y evitar la radiación, además de descartar la presencia de una de las complicaciones más graves como es el hemopericardio.
Presentamos un caso de paciente de 68 años de edad que fue remitido a cardiología para estudio en el contexto de una trombosis venosa profunda porque presentaba dilatación de cavidades derechas en el TAC torácico. En el ecocardiograma se confirmó la dilatación de cavidades derechas. Además el ecocardiograma tranesofágico mostró un septo auricular aneurismático y un foramen oval no competente con un shunt izquierda-derecha. El Qp/Qs estimado por RM cardiaca fue de 1.6. A pesar de una anatomía no del todo favorable se consiguió cerrar el defecto de forma percutánea.
Se presenta el caso de un varón de 54 años de edad con síntomas sugerentes de insuficiencia cardíaca derecha. En el estudio se evidencia una gran masa auricular derecha, hipercaptante en la tomografía por emisión de positrones con tomografía computarizada, sin metástatis demostradas en ese examen. La cirugía de resección muestra un linfoma no Hodgkin de alto grado de estirpe de células B. Se completó el tratamiento con 6 ciclos de quimioterapia, no evidenciándose recidiva a los 6 meses del tratamiento.
Presentamos el caso de una mujer de mediana edad que ingresa como primer episodio de insuficiencia cardiaca en el servicio de cardiología de nuestro centro, siendo diagnosticada de miocardiopatía dilatada no isquémica con hallazgo de varios trombos biventriculares. Durante el seguimiento se demostró que uno de los factores protrombóticos asociados a este caso era un hipernefroma silente. Mediante este caso revisamos brevemente esta entidad con especial hincapié en las técnicas de imagen en el diagnóstico de estos.
Paciente femenina de 68 años, hipertensa, consultó por molestia torácica inespecífica, con electrocardiograma normal. En el ecocardiograma se evidenció dilatación aórtica con insuficiencia aórtica moderada y engrosamiento mural aórtico, sin trastornos regionales de la motilidad. Se realizó ecocardiograma transesofágico que descartó síndrome aórtico agudo. Se continuó valoración con angiotomografía que sugirió proceso inflamatorio de la aorta y descartó compromiso coronario. Para mejor caracterización tisular de la pared aórtica se solicitó Resonancia Magnética, que resultó compatible con aortitis. Los datos de la historia clínica orientaron el diagnóstico a Arteritis de Células Gigantes, y se inició tratamiento con buena respuesta.
La esclerodermia afecta en un porcentaje importante de casos al corazón pudiendo cursar de múltiples formas, desde alteraciones en el sistema de conducción a disfunción ventricular o hipertensión pulmonar. Presentamos un caso de esclerodermia con afectación cardíaca. En nuestro caso, mostramos como la resonancia magnética puede hacer un diagnóstico preciso de las distintas presentaciones. Además, se revisará la utilidad de la RMN cardíaca como marcador precoz de afectación cardíaca en casos menos avanzados y el posible uso pronóstico de algunos parámetros como el T1 y el T2 mapping.
La trombosis valvular protésica no obstructiva es una entidad de creciente diagnóstico en la actualidad. A continuación presentamos a una paciente de 74 años con antecedente de insuficiencia mitral severa funcional a quien se le realizó un reemplazo valvular mitral con una prótesis biológica. Durante el postoperatorio inmediato se realizó ecocardiograma transesofágico con evidencia de trombo en aurícula izquierda sobre la bioprotésis en ausencia de gradiente transvalvular aumentado. En dicho contexto se decidió tratamiento anticoagulante con heparina y, luego, antivitamínicos K, con buena evolución.
La miocardiopatía de estrés o enfermedad de Tako-tsubo es una cardiopatía aguda cuya presentación clínica habitual suele ser en forma de síndrome coronario agudo (SCA). Un porcentaje no despreciable de pacientes que ingresan con sospecha de SCA en los que la coronariografía ha descartado enfermedad arterial coronaria tienen infarto agudo de miocardio (IAM) no demostrado. El diagnóstico diferencial debe ser esencial para asegurar un correcto tratamiento. La resonancia magnética cardiaca emerge como una herramienta diagnóstica no invasiva de primera línea para diferenciar entre IAM y Tako-tsubo.
Las anomalías coronarias (AC) han sido reportadas entre 1,3-2,2% por arteriografía, siendo más frecuente entre pacientes con enfermedades congénitas. Sólo 20% son clínicamente significativas y se presentan como isquemia, arritmia o muerte súbita. Actualmente, constituyen la segunda causa de muerte súbita en deportistas de Estados Unidos.
Presentamos un deportista de elite, asintomático, a quien, a partir de un Ecocardiograma transtorácico de control, se sospechó de una Arteria Circunfleja retroaórtica, naciendo del seno coronario contralateral. Se confirmó el diagnóstico a través de angio-tomografía multicorte. No todas las anomalías coronarias deben considerarse de alto riesgo, pero desde un punto de vista estratégico deben considerarse como 'potencialmente malignas' hasta que se descarte isquemia miocárdica. En este escenario, el ecocardiograma es útil para identificar la presencia de anomalías coronarias, sin embargo, sus hallazgos deben completarse con otra técnica de imagen no invasiva para definir la anatomía e identificar el desarrollo de isquemia mediante una prueba funcional.