Los procedimientos de intervencionismo estructural percutáneo han mostrado una gran expansión en los últimos años. La monitorización ecocardiográfica es una piedra angular en estos procedimientos. Sin embargo, recientemente y gracias a las mejoras técnicas y experiencia acumulada, en algunos procedimientos se comienza a simplificar o prescindir de la monitorización por imagen. En la presente revisión se analiza el papel de la ecografía en la actualidad y sus alternativas para algunos de los procedimientos más habituales en el campo del intervencionismo estructural.
La ecocardiografía de estrés cuenta hoy una creciente aceptación en la comunidad médica, dado su carácter no invasivo y la ausencia de irradiación, con elevado valor diagnóstico y pronóstico. Puede realizarse con diversas modalidades, esencialmente con ejercicio y fármacos. No se encuentra limitado al análisis de la motilidad parietal valorando en forma confiable la velocidad de flujo coronario, gradientes y reflujos valvulares, así como la presión en arteria pulmonar. La evaluación de la motilidad parietal puede ayudarse de la utilización con criterio del Doppler tisular y especialmente de la deformación por strain 2D. Proponemos una revisión integral de la técnica. En una primera parte se abordará la descripción general del método, los hitos históricos en su desarrollo y el estado actual del arte. A través de casos se intentará mostrar una visión integral de la respuesta cardiovascular al estrés en la enfermedad coronaria y en la evaluación de riesgo.
La fracción de eyección (FE) es el índice de función ventricular más ampliamente usado en el ámbito clínico ya que de su valor derivan decisiones con implicaciones diagnósticas, pronósticas y terapéuticas. Es por esta razón que la FE debe ser una medida exacta, precisa y con mínima incertidumbre. En este trabajo revisamos las diferentes técnicas disponibles para su cálculo, con sus ventajas y desventajas que deben ser conocidas por el clínico para su adecuada utilización.
Tras los iniciales estudios por cateterismo, la incorporación del Doppler pulsado y posteriormente de otras técnicas de imagen al ecocardiograma, permitieron el estudio de la diástole a todos los pacientes cardiológicos. La aparición de casos de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada incrementa su aportación. Las guías del año 2016 reordenan las del año 2009, restaurando la preponderancia del llenado mitral y reduciendo la importancia del Doppler tisular del anillo, sin poder incorporar los parámetros de deformación que en 2009 parecían prometedores. En este artículo se comentan y discuten los datos aportados por las nuevas guías a la luz de la fisiopatología.
La Resonancia Magnética Cardíaca permite la evaluación anatómica y funcional de las cavidades izquierdas y derechas, más el estudio de la circulación aorto-pulmonar en pacientes portadores de hipertensión pulmonar. La información suministrada por este método tiene un gran valor pronóstico previo y durante la terapéutica instaurada. Consta de un conjunto de secuencias anatómicas, funcionales, de deformación miocárdica por bandas de saturación miocárdica (tagging) y por seguimiento de marcas (feature tracking), de contraste de fase para el flujo pulmonar y aórtico, y tras la administración de gadolinio, para el estudio de fibrosis miocárdica (realce tardío) y de reconstrucción tridimensional del árbol vascular.
Las anomalías coronarias se presentan en 1,7% de la población general y causan el 33% de las muertes súbitas en personas jóvenes durante un esfuerzo extenuante. El uso de técnicas de imagen cardíaca ha permitido expandir el conocimiento sobre el diagnóstico de estas anomalías. Existen tres tipos de acuerdo a la clasificación de Greenberg: anomalías de origen, de curso y de terminación. Las de mayor importancia son las que causan alteraciones hemodinámicas y son la atresia coronaria, la anomalía de la arteria coronaria izquierda desde la arteria pulmonar/ anomalía de la arteria coronaria derecha desde la arteria pulmonar, el curso interarterial cuando nacen del seno coronario opuesto, las fístulas coronarias y las ectasias coronarias. La evaluación por angiotomografía coronaria multidetector permite caracterizarlas desde el ostium hasta su terminación, y para demostrar las consecuencias clínicas en el paciente existen técnicas de imagen como la resonancia magnética cardíaca de estrés, la ecocardiografía de estrés, la tomografía computarizada por emisión de fotón único y la angiografía coronaria con evaluación por flujo de reserva coronaria o radio instantáneo de onda libre que permiten definir el tratamiento.
El síndrome aórtico agudo constituye una de las urgencias cardiovasculares más graves. Incluye tres condiciones clínicas relacionadas: la disección aórtica clásica, el hematoma intramural y la úlcera ateroesclerótica penetrante, siendo su principal manifestación clínica el dolor torácico. La gravedad del SAA depende de su ubicación en la aorta. Así, aquéllos que se originan en la aorta ascendente (tipo A de Stanford) poseen la mayor gravedad y requieren una resolución quirúrgica urgente. Para lograr el diagnóstico correcto, se requiere un alto grado de sospecha clínica, así como el uso apropiado de técnicas de imágenes, entre las que destacan la tomografía computarizada, la ecocardiografía transesofágica y la resonancia magnética. Este artículo de revisión trata aspectos generales sobre el síndrome aórtico agudo haciendo especial énfasis en su diagnóstico por imágenes.
La evolución en el intervencionismo estructural percutáneo ha generado un desarrollo paralelo en las técnicas de imagen avanzada. La ecocardiografía en el intervencionismo estructural juega un papel básico en la selección de los pacientes, en la valoración durante el procedimiento y en el análisis inmediato de los resultados y la detección precoz de complicaciones. Las imágenes de fusión eco/fluoroscopia aparecen como una herramienta complementaria en la que dos técnicas con imágenes dinámicas se complementan en una sola imagen con el fin de orientar, disminuir el tiempo de intervención y disminuir las complicaciones.
El transductor de la ecocardiografía intracardíaca se describió por primera vez en 1960(1), aprobado por la FDA en 1997 para la guía de procedimientos de intervención en hemodinámica y electrofisiología. La ecocardiografía intracardíaca es una técnica de imagen que surge como alternativa a la ecocardiografía transesofágica con las siguientes ventajas:
Su utilidad destaca por la alta resolución de imágenes y la flexibilidad de movimientos del catéter con capacidad de moverse en cuatro direcciones. El sistema consta de una sonda monoplanar con un transductor de 64 elementos de 110 cm de largo y de 8 a 10 Fr con dos anillos móviles que permiten su movilización. Es importante conocer el manejo de la sonda y la organización del laboratorio de hemodinámica para su uso. Existen indicaciones innovadoras, que comprenden usualmente el uso intravascular de la sonda intracardíaca como guía para la fenestración en la disección aórtica tipo A en síndrome de malperfusión, implante de válvula aórtica transcateter, evaluación de endocarditis, en electrodos de sistemas de estimulación eléctrica, biopsia de masas intracardíacas derechas y en la realización de cortocircuitos portosistémicos en pacientes con cirrosis hepática refractaria a tratamiento.
La ecocardiografía intracardíaca, al igual que el resto de las técnicas de imagen cardíaca, sigue evolucionando y recientemente se ha logrado obtener imágenes tridimensionales (3D). La aparición de la sonda 3D permitirá en el futuro mediato una ampliación de sus indicaciones para guiar procedimientos invasivos. Esta técnica de imagen tiene un futuro prometedor, por lo que debe ser del conocimiento de médicos cardiólogos clínicos, ecocardiografistas, cardiólogos intervencionistas y radiólogos intervencionistas.
La válvula aórtica bicúspide (VAB) es la cardiopatía congénita más frecuente y afecta a un 1-2% de la población. Afecta de forma más habitual a varones que a mujeres, con una relación 3:1. A pesar de haberse considerado históricamente una patología de carácter relativamente benigno, un 35% de los individuos con VAB desarrollará a lo largo de la vida complicaciones derivadas como disfunción valvular, endocarditis, aneurisma aórtico o disección aórtica. A pesar de la relevancia de esta patología quedan aún muchos aspectos por dilucidar.
El objetivo de este artículo es mostrar una revisión actualizada de los aspectos básicos de esta patología haciendo hincapié en las últimas novedades relacionadas con su diagnóstico, evolución y complicaciones asociadas desde el punto de vista de la imagen cardíaca.