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Germán Ramos
Mario Zapata
Manuel Rodríguez
Sebastián Herrera
Laboratorio de ecocardiografía. Hospital Dr. Sótero del Río. Santiago. Chile
Presentación del caso
Mujer de 58 años con antecedentes de reemplazo valvular mitral mecánico (St Jude medical® 25 mm) y anuloplastia tricúspide con anillo protésico (Carpentier Edwards® 30 mm) en 2007 causada por estenosis mitral reumática grave e insuficiencia tricúspide (IT) funcional, que acude a cardiólogo con un historial de 6 meses de deterioro de la capacidad funcional y edema de extremidades inferiores.
Estudio por imagen


Discusión
La valvulopatía tricúspide (VT) históricamente se ha considerado de menor relevancia en comparación con la enfermedad valvular del lado izquierdo(1). Sin embargo, la insuficiencia tricúspide ha demostrado ser un factor de riesgo independiente de morbilidad y mortalidad en insuficiencia cardíaca(2). El desarrollo de insuficiencia tricúspide funcional involucra dos mecanismos principales: dilatación del anillo y tracción de los velos debido a la dilatación o disfunción del VD. Reconocer estos mecanismos es fundamental, ya que las opciones terapéuticas son diferentes. El desarrollo de nuevos enfoques quirúrgicos, incluida la terapia percutánea, ha puesto a la valvulopatía tricúspide bajo un nuevo enfoque y ha promovido recomendaciones de manejo más agresivas(1). El tratamiento quirúrgico inicial de insuficiencia tricúspide fue la anuloplastia con sutura (técnica de De Vega, Kay). En la actualidad, el uso de la anuloplastia basada en dispositivos (anillos protésicos) ha ofrecido mejores resultados y, hasta ahora, es la técnica de elección(3). Un metanálisis reciente concluyó que no había diferencias entre el uso del anillo rígido o flexible en términos de mortalidad y las tasas de reoperación, pero los anillos rígidos tenían insuficiencia tricúspide de menor cuantía en el seguimiento a largo plazo(2).
Con esta información, la decisión inicial de realizar una anuloplastia de anillo rígida, en el paciente de este caso, fue adecuada. ¿Por qué ocurrió entonces una dehiscencia del anillo tricúspide? Pfannmüller et al.(4) publicó una de las series más grandes que evaluaba este fenómeno. En este artículo los autores compararon anuloplastias con anillos rígidos (Carpentier Edwards CE) frente a anillos flexibles (Cosgrove Edwards Cos E) en 820 pacientes. La incidencia global de dehiscencia de anillo fue del 4,7%, observando que los anillos de CE tenían un significativo mayor riesgo de dehiscencia en comparación con el grupo de anillo flexible (8,7% frente a 0,9%; OR 10,7). La ubicación del defecto fue exclusivamente en la porción septal (como en el paciente del caso que se ha presentado). La dehiscencia del anillo tricúspide fue responsable de < 1% de insuficiencia tricúspide significativa de todos los pacientes y < 2% en el grupo CE. De hecho, entre los grupos con insuficiencia tricúspide previos al alta (5%) sólo el 19,5% estaban causados por este mecanismo, ya que la mayoría de ellos eran de origen central (58,5%). A pesar de lo anterior, la dehiscencia fue una causa importante de reintervención (57%) debido a la insuficiencia tricúspide moderada o grave en el grupo CE en el seguimiento a largo plazo.
Además de los factores conocidos que podrían desencadenar una dehiscencia del anillo tricúspide (como infección o trauma), ¿cuáles son los mecanismos subyacentes que predisponen a la dehiscencia del anillo en estos pacientes? Un hallazgo notable en el mismo artículo(4) indicó que la dehiscencia del anillo tricúspide ocurrió en la Ps del anillo en todos los casos, y los factores contribuyentes podrían ser:
- Técnica y experiencia quirúrgica. La proximidad del nodo atrioventricular (AV) a la porción septal del anillo podría hacer que los cirujanos menos experimentados intentaran evitar suturas más profundas en esta región. Sin embargo, si esto hubiera sido la causa principal de la dehiscencia del anillo, ambos tipos de anillos deberían tener la misma tasa de dehiscencia.
- Incremento de las fuerzas de tensión en la porción septal del anillo. Algunos estudios han evaluado la dinámica del anillo tricúspide nativo, mostrando cambios significativos en las dimensiones anulares dependiendo del ciclo cardíaco (19% de los cambios en la circunferencia anular y 30% en el área anular)(5). La dilatación tricuspide ocurre principalmente en la pared libre del anillo tricúspide en el medio del velo anterior y se extiende hasta el punto de fijación septal de los dispositivos anulares. La dehiscencia del anillo tricúspide ocurre exactamente en la misma zona que es más propensa a la dilatación(6). Ambos eventos sumados a la rigidez del anillo CE podrían crear mayores fuerzas en las suturas ubicadas en la Ps de los anillos rígidos que en las suturas de un anillo flexible (que puede seguir más fácilmente el movimiento natural del anillo).
Un estudio reciente(7) realizado en un modelo de anillo tricúspide ovino ex vivo evaluó la fuerza de tensión de la sutura en varias porciones del anillo y la densidad del colágeno. Inesperadamente, la mayor resistencia de las suturas y la densidad del colágeno se encontraban en la región septal del anillo. Estos resultados contradicen el hallazgo clínico de dehiscencia del anillo tricúspide en el mismo sitio. Algunas posibles explicaciones fueron:- Los anillos rígidos tienen un movimiento “fuera del plano” cerca del trígono y pueden causar un aumento de cargas excéntricas en las suturas del anillo septal.
- En el estudio de Pfanmüller(4) los anillos fueron implantados con el corazón latiendo, y esta técnica ha mostrado una mayor tendencia a la dehiscencia, probablemente porque la Ps del anillo es la última en suturarse, lo que podría predisponer a estas suturas a una posición incorrecta o mayores tensiones(8).
- Los estudios de la dinámica del anillo tricúspide revelan que la dilatación funcional ocurre a lo largo del eje septal-lateral. La anuloplastia de anillo rígido restringe significativamente la movilidad en este eje, lo que sugiere que las fuerzas en las suturas pueden ser mayores en el tabique o la pared lateral(9). La mayor densidad de colágeno de la región septal hace que esta área sea más rígida, con mayor tensión en las suturas y, paradójicamente, más susceptible a la dehiscencia.
- Técnica de sutura cuidadosa. Una causa frecuente de fracaso de la anuloplastia tricúspide por dehiscencia del anillo es la realización inadvertida de suturas de tejido auricular o de los velos. Las suturas de anuloplastia deben desplegarse paralelas al anillo nativo.
La evaluación ecocardiográfica de la valvulopatía tricúspide es una cuestión relevante y en creciente evolución. En comparación con la válvula mitral, los tres velos tricúspides no pueden visualizarse en una vista transversal utilizando ETT y es bastante difícil mediante la ETE bidimensional. Por el contrario, la ETE tridimensional permite la visualización de toda la válvula desde cualquier perspectiva. Esta capacidad mejora significativamente la comprensión del mecanismo fisiopatológico subyacente a la valvulopatía tricúspide, logrando superar a la ecocardiografía bidimensional en la evaluación de la insuficiencia tricúspide, tanto primaria (Ebstein, carcinoide y principalmente marcapasos) como funcional, en la evaluación del anillo nativo y la gravedad del mecanismo de tracción de sus velos(10). Con respecto a la evaluación de prótesis, la ETE tridimensional ofrece valor de diagnóstico adicional en las prótesis tricúspides patológicas, incluidas las ubicaciones de dehiscencia del anillo tricúspide causadas por endocarditis infecciosa(11). En comparación con los hallazgos quirúrgicos, los anillos tricúspides protésicos (pero no sus velos) se visualizan adecuadamente mediante ETE tridimensional(12), lo que es concordante con este caso.
En el tema específico de la dehiscencia del anillo tricúspide, existen varios informes en ecocardiografía tridimensional que evalúan los anillos mitrales(13), pero en la posición tricúspide se ha encontrado información anecdótica(14). Un hallazgo relevante que puede no haberse valorado suficientemente fue mencionado por los autores en el estudio de Pfanmuller et al.(4), admitiendo la falta de seguimiento ecocardiográfico adecuado para todos los pacientes, lo que probablemente subestimó la incidencia de insuficiencia tricúspide tardía postoperatoria. Éste es un sello distintivo del caso que aquí se ha presentado (se describe tanto la ETE tridimensional a los 8 años tras la primera cirugía como la ETE tridimensional en el postoperatorio a corto plazo, es decir 3 meses después de la reintervención). Este hecho permite considerar que el mecanismo de dehiscencia del anillo pueda haber permanecido subdiagnosticado en la evolución tardía postoperatoria de muchos pacientes y podría adquirir, con una mejor evaluación guiada por nuevas técnicas como la ETE tridimensional, un papel más relevante en el futuro.
Conclusión
La dehiscencia del anillo protésico es una afección no muy frecuente, pero potencialmente grave, asociada a una regurgitación tricúspide posoperatoria significativa. Aunque los anillos rígidos tienen una incidencia significativamente menor de insuficiencia tricúspide postoperatoria significativa, existe una fuerte evidencia que muestra una mayor incidencia de dehiscencia protésica en este grupo en comparación con las bandas flexibles. Hay varios posibles factores que contribuyen al desarrollo de este fenómeno, pero hasta ahora, se requieren más estudios para comprender su fisiopatología de manera más exacta. La ecocardiografía tridimensional ha ayudado progresivamente a comprender y evaluar este fenómeno de manera más precisa, permitiendo un diagnóstico y tratamiento más temprano y efectivo.
- La insuficiencia tricúspide significativa es una patología que muchas veces aparece con la enfermedad valvular del corazón izquierdo. Su presencia y gravedad tienen un valor pronóstico independiente.
- La dehiscencia del anillo protésico no es frecuente, pero eventualmente es una causa de insuficiencia tricúspide postoperatoria grave.
- La ecocardiografía tridimensional es una técnica nueva y prometedora que puede ayudar a evaluar y diagnosticar esta complicación.
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