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Taponamiento cardíaco

La existencia de un derrame pericárdico importante puede conducir a un cuadro clínico y hemodinámico de taponamiento cardíaco. La fisiopatología del mismo viene producida por una acumulación brusca de líquido en la cavidad pericárdica, que va a dificultar el llenado de las cavidades ventriculares durante la diástole, por la imposibilidad de que los ventrículos se puedan “distender” adecuadamente por el acúmulo de líquido en el espacio pericárdico. Por este motivo se va a producir un remanso de sangre retrógradamente que va a dar lugar a un aumento de la presión venosa. Si la presión intrapericárdica aumenta aún más, llegará un momento en que el llenado diastólico va ser muy difícil de realizar, por no poderse expandir el ventrículo adecuadamente.

La consecuencia de lo expuesto previamente va a ser una disminución del volumen de eyección y una caída del gasto cardíaco y de la presión arterial. En condiciones extremas se llegará a una situación de shock cardiogénico. Los hallazgos fisiopatológicos típicos van a ser un gasto cardíaco bajo, presión venosa elevada, hipotensión y pulso paradójico.

El motivo más frecuente de taponamiento en nuestro medio es la rotura cardíaca que complica el infarto agudo de miocardio, produciéndose en estos casos un hemopericardio. El ecocardiograma demostrará la separación de hojas pericárdicas, con imágenes intrapericárdicas secundarias a la presencia de sangre en el espacio pericárdico (Figura 4). Igualmente se puede producir hemopericardio en pacientes con disección de aorta y con rotura aórtica. Ocasionalmente se pueden registrar taponamientos desarrollados en el curso de pericarditis aguda.

Figura 4. Imagen de un derrame secundario a rotura de pared libre del ventrículo izquierdo (plano subcostal).

Figura 4. Imagen de un derrame secundario a rotura de pared libre del ventrículo izquierdo (plano subcostal). Existe una zona hiperecogénica entre ambas hojas pericárdicas, compatible con hemopericardio, con bandas de fibrina en su interior. DP: derrame pericárdico; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo; Ao: aorta; AI: aurícula izquierda; AD: aurícula derecha. H: Hígado.

El Ecocardiograma Doppler presenta una gran cantidad de signos ecocardiográficos para tratar de definir con ultrasonidos la presencia de taponamiento. Sin embargo es básico tener en cuenta que ninguno de los signos ecocardiográficos descritos es definitivo en el diagnóstico de taponamiento, ya que el diagnóstico del mismo es siempre clínico.

La aportación más notable del ecocardiograma en un paciente con sospecha de taponamiento va a ser definir si existe o no derrame pericárdico. Si el ecocardiograma nos confirma que no hay derrame, podemos totalmente descartar dicho diagnóstico. Por el contrario en un paciente con datos clínicos de taponamiento la presencia de un gran derrame pericárdico nos confirma definitivamente dicho diagnóstico. Los hallazgos presentes en el taponamiento cardíaco analizados con ecocardiografía son muy abundantes, y definen en todos los casos siempre el aumento importante de presión intrapericárdica. Así podemos encontrar colapso (Figura 5) de la aurícula derecha, entendiendo como tal una invaginación de la pared de la aurícula derecha hacia la cavidad auricular derecha, que traduce el aumento importante de la presión intrapericárdica. En casos más agudos e importantes podemos encontrar incluso colapso de la pared del ventrículo derecho. Igualmente es posible encontrar variaciones en los tamaños de las cámaras cardíacas con la respiración. Así registraremos un importante incremento del volumen del ventrículo derecho durante la inspiración y una importante disminución del mismo durante la espiración, este patrón de movimiento correspondería al hallazgo fisiopatológico de pulso paradójico. Igualmente es posible encontrar una serie de hallazgos con Doppler que aunque inespecíficos, nos hablan de la fisiopatología del taponamiento. Así, registraremos una dilatación importante de la vena cava que indica la elevada presión de la aurícula derecha e igualmente la presencia de variaciones respiratorias de los flujos mitral y tricúspide que de nuevo traducen la fisiopatología del pulso paradójico (Figura 6).

Figura 5. Plano apical de cuatro cámaras.

Figura 5. Plano apical de cuatro cámaras. La flecha indica el colapso de la aurícula derecha que se muestra como invaginación de su pared hacia el interior de la cavidad auricular. AD: aurícula derecha; AI: aurícula izquierda; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo.

 Figura 6. Variaciones respiratorias del flujo mitral en el taponamiento cardiaco.

Figura 6. Variaciones respiratorias del flujo mitral en el taponamiento cardiaco.