En pacientes con enfermedad coronaria estable, las últimas guías de práctica clínica publicadas recomiendan estratificación del riesgo antes de plantear el abordaje terapéutico. Así, aunque clásicamente se han empleado la ecocardiografía de estrés, la prueba de esfuerzo o el SPECT, la cardio-resonancia magnética con adenosina es útil para detectar isquemia miocárdica reversible y, a diferencia de las previas, puede aportar información pronóstica como la presencia de escara o fibrosis con el estudio de perfusión y realce tardío con gadolinio. Sin embargo, existen pocos estudios aleatorizados que analicen el papel de la cardio-resonancia en la toma de decisiones en pacientes con sospecha de enfermedad coronaria estable. Por ello, los autores de este artículo comparan los resultados en términos de morbimortalidad y calidad de vida a corto y medio plazo de dos estrategias: pacientes con valoración únicamente mediante angiografía coronaria, frente al cribado previo mediante demostración de isquemia miocárdica significativa en la cardio-resonancia de estrés.
La enfermedad coronaria (EC) sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo pese a todas las medidas de prevención y promoción en salud y control de los factores de riesgo cardiovascular sobretodo en los países de bajos ingresos. El manejo de éstos pacientes depende de una adecuada valoración de la isquemia para definir si se realiza revascularización miocárdica ya sea vía quirúrgica, percutánea ó manejo médico, según la extensión de ésta, clínica, y comorbilidades del paciente. Existen diversos métodos para la evaluación de isquemia, sin embargo la resonancia magnética cardiaca (RMC) tiene la ventaja de permitir una evaluación global y completa de la anatomía y función miocárdica, siendo el gold standard en la determinación de los volúmenes cardiacos y fracción de eyección (FE). La detección de isquemia por RMC mediante el protocolo de estrés de perfusión se utiliza cada vez más en la práctica diaria, pero no hay suficiente evidencia sobre el grado de umbral o carga isquémica (número de segmentos isquémicos en un modelo de 16 segmentos) que identifique a los pacientes que se beneficien de la revascularización frente al manejo médico. Por lo cual este estudio busca determinar la carga isquémica y los factores pronósticos adicionales que permitan identificar y estratificar a los pacientes con sospecha o EC conocida que requerirán de revascularización miocárdica.
La resonancia magnética cardiaca (RMC) se considera la técnica de elección para confirmar el diagnóstico de miocarditis en la fase aguda de la enfermedad, generalmente en pacientes con dolor torácico, alteraciones electrocardiográficas, elevación de troponinas y sospecha de etiología vírica y/o arterias coronarias sin lesiones en la angiografía (MINOCA). Con relativa frecuencia se realiza un nuevo estudio de RMC en el primer año de evolución, normalmente 6 meses después de la fase sintomática, sin que esté claro cual es el valor añadido que aporta esta segunda resonancia desde un punto de vista clínico y pronóstico.
La miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (MAVD) es una enfermedad del miocardio, genéticamente determinada, caracterizada por el reemplazamiento de miocitos por tejido adiposo y fibroso que predispone al desarrollo de arritmias ventriculares (AV) y muerte súbita (MS) y que pueden ser manifestaciones iniciales de la enfermedad. Es conocido que hay afectación también del ventrículo izquierdo (VI) en cerca del 50% de los casos. Para determinar el riesgo de desarrollo de eventos arrítmicos, en 2019 se elaboró un modelo de puntuación del riesgo a 5 años pero sólo se tuvo en cuenta la fracción de eyección del VD (FEVD) y la fracción de eyección del VI (FEVI) como parámetros de la Resonancia Magnética Cardíaca (RMC). Este artículo incorpora otros datos obtenidos de la RMC y aporta puntuaciones de riesgo diferentes según el fenotipo de la MAVD descrito por RMC.
Hasta ahora la aproximación al estudio de la aurícula había sido muy limitada, pues ni los hallazgos clínicos ni los proporcionados por el ECG nos daban muchos datos. El Ecocardiograma empezó, especialmente en los últimos años, a ofrecer algo más de luz, tras el desarrollo de las técnicas de deformidad y el 3D. Sin embargo, la prueba que parece darnos una visión más completa de las características morfológicas y funcionales de la aurícula es la resonancia magnética. En la siguiente revisión vamos a adentrarnos en los datos más interesantes, conocidos hasta ahora al respecto. Para ello vamos a utilizar el artículo publicado por el investigador Mohammadali Habibi, MD de la División de Cardiología de la Johns Hopkins. En este, se objetiva como la evaluación de la aurícula con resonancia puede tener mucha utilidad en la predicción de la patología cerebrovascular isquémica, ictus cardioembolico, en sujetos sin enfermedad cardiovascular previa, siendo incluso un factor predictor independiente más allá de la fibrilación auricular. Este articulo ofrece una vía de investigación nueva que puede tener gran trascendencia clínica.
La amiloidosis cardiaca (AC) es una patología infrecuente y difícil de diagnosticar por sus similitudes fenotípicas con otras como la miocardiopatía hipertrófica (MCH). El diagnóstico preciso y temprano es de gran importancia ya que determina el tratamiento y el pronóstico del paciente. La resonancia magnética con tensor de difusión (RMC-TD), llamada por algunos la histología virtual, tiene la capacidad de analizar la organización microestructural del miocardio. Se ha demostrado previamente su utilidad diagnóstica en otras cardiopatías, no obstante, en AC no está completamente estudiada. El trabajo presentado por Khalique y colaboradores evalúa pacientes con AC, MCH y controles sanos con RMC-TD. Los resultados de este estudio pueden facilitar el diagnóstico temprano de la AC, así como el diagnóstico diferencial con otras miocardiopatías.
En los últimos años hemos comenzado a prestar una atención particular por el prolapso valvular mitral (PVM) y sus formas clínicas de mal pronóstico. El inocente PVM puede ser la única alteración morfológica en pacientes sin otra cardiopatía para el desarrollo de arritmias. Se han descrito varias alteraciones que acompañan a la patología valvular que comprometen anillo y aparato subvalvular. La disyunción del anillo valvular mitral (DAM) fue reconocida hace 40 años, pero su trascendencia desde el punto de vista pronóstico no se había reconocido hasta la actualidad. La DAM frecuentemente se reconoce en relación a válvula mitral mixomatosa, aunque también se ha descrito en forma aislada en ausencia de prolapso y redundancia valvar. Esto ha llevado a proponer a la disyunción como la alteración inicial en la cascada de cambios estructurales valvulares, subvalvulares y del miocardio ventricular.
A continuación haremos un viaje a través de la evidencia disponible hasta el momento para posteriormente detenernos en el análisis de un trabajo científico que vincula la presencia de DAM y el riesgo de arriitmias graves.
La miocardiopatía hipertrófica (MH) supone la miocardiopatía de base genética más frecuente a la que se enfrenta el cardiólogo clínico y sobre la cual es capaz de actuar con tal de evitar un desenlace nefasto, la muerte súbita (MS).
El conocimiento progresivo sobre esta entidad ha permitido la identificación de aquellos pacientes de alto riesgo de muerte súbita candidatos a implante de un desfibrilador automático implantable (DAI). No obstante, existe un grupo de pacientes de riesgo intermedio ante los que no existe un consenso sobre la indicación de implante de DAI.
El estudio del realce tardío (RT) mediante resonancia magnética se ha posicionado como una herramienta útil en la estratificación del riesgo de muerte súbita de estos pacientes, de manera que una extensión >15% se relaciona con un riesgo aumentado de MS. La caracterización más detallada de la fibrosis mediante nuevos softwares que permiten analizar la heterogeneidad de la escara podría mejorar la selección de estos pacientes y aumentar así su esperanza de vida.
La sarcoidosis sistémica es una enfermedad inflamatoria de etiología incierta que puede cursar con afectación cardíaca en hasta 50% de los casos, de forma clínicamente manifiesta o silente. En estos pacientes, la afectación cardíaca es lo que condiciona el pronóstico y la mortalidad se debe generalmente a muerte súbita arritmogénica o insuficiencia cardíaca avanzada. La correcta estratificación de riesgo es por lo tanto indispensable ya que definirá, entre otras actitudes terapéuticas, la indicación para implantación de un desfibrilador automático implantable. Las indicaciones actuales se basan en estudios antiguos y de pequeña dimensión, considerando esencialmente la presencia de síntomas y la fracción de eyección, cuyos valores predictivos se han demostrado insuficientes. En este trabajo, analizamos los resultados de un estudio que procuró aclarar el valor pronóstico añadido de la resonancia magnética cardíaca y, en concreto, de la fibrosis miocárdica en este contexto clínico.
La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad genética asociada con la aparición de muerte súbita cardiaca. Actualmente la estratificación de riesgo se realiza utilizando el HCM Risk-SCD score, sin embargo esta valoración puede resultar insuficiente. Se presenta un trabajo que de forma retrospectiva pretende demostrar el valor añadido de la extensión del realce tardío de gadolinio en la estratificación pronóstica de estos pacientes.