La resonancia magnética cardiaca (RMC) se considera la técnica de elección para confirmar el diagnóstico de miocarditis en la fase aguda de la enfermedad, generalmente en pacientes con dolor torácico, alteraciones electrocardiográficas, elevación de troponinas y sospecha de etiología vírica y/o arterias coronarias sin lesiones en la angiografía (MINOCA). Con relativa frecuencia se realiza un nuevo estudio de RMC en el primer año de evolución, normalmente 6 meses después de la fase sintomática, sin que esté claro cual es el valor añadido que aporta esta segunda resonancia desde un punto de vista clínico y pronóstico.