Depende del grosor de corte, el tamaño de la matriz y el algoritmo de reconstrucción.
Cuando hacemos estudios de coronarias es muy importante tener una buena resolución espacial, puesto que su tamaño es muy pequeño.
La resolución en contraste es la capacidad de distinguir estructuras que tienen un contraste similar (Figura 4).
Lo ideal es tener una buena resolución espacial y una buena resolución de contraste, pero no siempre es posible. Muchas veces tenemos que escoger. En el caso del estudio vascular, sea cual sea la región anatómica, ¿cuál cree que es la más importante?
Si ha dicho la resolución en contraste, es que no ha pensado lo suficiente. El contraste no es ningún problema en este caso, ya que lo inyectamos nosotros, por lo que la diferencia de contraste entre los vasos y las estructuras adyacentes la tenemos asegurada; no necesitamos capacidad de distinguir entre densidades similares.
Lo que necesitamos, sobre todo en el caso de las arterias coronarias, que son muy pequeñas, es resolución espacial. Ya hemos indicado cómo adaptar el FOV y la matriz para obtener una mayor resolución espacial. Seguiremos hablando de esto más adelante.
Si se dedica a la imagen cardiaca, oirá hablar del “ruido”, y tal vez no tenga muy claro este concepto. El ruido se debe a variaciones en el valor de los pixeles que, en teoría, tendrían que tener el mismo valor. En la imagen lo veremos como un granulado más evidente en la grasa que puede llegar a difuminar los bordes, y depende de dos factores: 1) el número de fotones que llegan a los detectores, por lo que a mayor dosis menos ruido y viceversa; 2) factores inherentes al equipo (electrónica, ordenadores...).
El ruido afecta, principalmente, a la resolución en contraste, por eso interfiere menos con el diagnóstico en los estudios en los que la diferencia de contraste es alta, como son todos los estudios vasculares (Figura 5).