Excitación
Tras introducir al paciente en el imán, le enviamos una “onda de radio”, es decir, una onda electromagnética que está en el rango de frecuencias de las ondas que recibe usted en la radio. Necesitamos un pulso de radiofrecuencia especial, con una frecuencia igual a la frecuencia de precesión de los protones para que estos “resuenen”, de ahí el nombre de esta exploración.
¿Qué ocurre al enviar esta onda de radiofrecuencia?
Fundamentalmente, dos cosas: que disminuye el número de protones orientados en paralelo y que todos los protones comienzan a precesar ordenadamente, acompasados, lo que hace que aparezca un vector de magnetización transversal.
Relajación
Cuando cesa la onda de radiofrecuencia empieza a desaparecer la magnetización trasversal y la longitudinal vuelve a su tamaño original (Figura 21).
Estos cambios de energías son los que se recogen en la antena y servirán para formar la imagen.