En condiciones normales tiene un grosor menor de 3 mm. La pericarditis aguda suele mostrar una captación de contraste en ambas hojas pericárdicas (Figura 57).

En presencia de un derrame pericárdico, es interesante valorar la densidad del líquido, ya que, cuando tiene una densidad mayor de 40 UH, se debe sospechar una etiología tuberculosa, tumoral o traumática.
La TC es muy sensible para mostrar la calcificación del pericardio. Sin embargo, no todo pericardio calcificado indica una pericarditis constrictiva. Se deben valorar otros signos morfológicos indirectos, como la dilatación de las VCS e inferior, la morfología del septo y el tamaño y la morfología de las cavidades derechas.
El taponamiento cardiaco, al ser una entidad con gran repercusión funcional, debería ser diagnosticado con otros métodos. En la TC se aprecia un derrame pericárdico en diferente cuantía y el colapso de las cavidades cardiacas, especialmente las derechas (Figura 58).
