Una de las mediciones más precisas con ecocardiografía es la determinación directa de la presión sistólica pulmonar.
Este cálculo se puede establecer siempre que exista insuficiencia tricúspide mediante la medida de la velocidad de regurgitación tricúspide.
Sin embargo, desde el punto de vista práctico, casi el 90% de los pacientes con hipertensión arterial tienen insuficiencia tricúspide, lo que hace que, en la mayoría de los casos, podamos calcular la PSP. Una vez detectada la insuficiencia tricuspídea, calcularemos la velocidad máxima de la regurgitación, y, utilizando el teorema de Bernoulli, se estará determinando el gradiente que hay entre el ventrículo derecho y la aurícula derecha. Si se le suma la presión venosa central, se tiene un método indirecto de calcular la presión sistólica pulmonar. A efectos prácticos, lo que se hace es añadir el valor 10 a la cifra de gradiente obtenido (Figura 11).
Figura 11. El cálculo de la presión sistólica pulmonar es muy sencillo en presencia de insuficiencia tricúspide. Calcularemos la velocidad máxima de la regurgitación y, utilizando el teorema de Bernoulli, se estará determinando el gradiente que hay entre el ventrículo derecho y la aurícula derecha.
Los gradientes pulmonares obtenidos (HAP) permiten clasificar la severidad de la hipertensión arterial: normal, de 18 a 25 mmHg; ligera, de 35 a 40 mmHg; moderada, de 40 a 60 mmHg; severa, superior a 60 mmHg.
