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Preguntas al Cardiólogo

Preguntas al cardiólogo

¿Qué es un bloqueo cardiaco?

Los bloqueos cardiacos son todo un grupo de arritmias cardiacas en las que el impulso cardiaco no se propaga de forma correcta de una estructura a la siguiente.

La consecuencia es que se producen pausas, con una duración que depende de la capacidad de las estructuras que están por debajo del nivel del bloqueo para producir sus propios impulsos cardiacos, o lo que se llama un ritmo de escape. Las pausas pueden ser asintomáticas, pero, si son prolongadas, pueden causar síncopes y, en los casos más severos, llevar a la parada cardiaca.

La forma más importante en clínica de bloqueo cardiaco son los bloqueos auriculoventriculares (Figura 23). En este tipo de bloqueos el problema es la transmisión del impulso cardiaco a través del nodo auriculoventricular entre aurículas y ventrículos. La forma de detectarlos es comprobar la relación entre las ondas P y el QRS en el electrocardiograma. Teniendo en mente que la relación entre ondas P y QRS normal es que hay una onda P por cada QRS, podemos encontrar tres tipos de bloqueo auriculoventricular:

  • Tipo I: Enlentecimiento de la conducción. En este tipo de bloqueo todas las ondas P pasan hasta el ventrículo y lo despolarizan. Por consiguiente, después de cada onda P existe siempre un complejo QRS. No obstante, esta transmisión es más lenta de lo normal y, por eso, el segmento PR, que, en condiciones normales, dura entre 120 y 200 ms, se prolonga y dura más de 200 ms. En la jerga habitual del cardiólogo, se le puede oír decir: “Tiene el PR alargado”.

  • Tipo II: Bloqueo AV de segundo grado. Aquí, algunas ondas P van seguidas de un complejo QRS, pero otras no. En algunos casos, la onda P que no se conduce viene precedida de latidos en los que el PR se ha ido alargando progresivamente. Esto corresponde a un “BAV de segundo grado de tipo Mobitz I” o “de Wenckebach”. Cuando esto no ocurre, se habla de “BAV de segundo grado de tipo Mobitz II”, que suele ser más grave.

  • Tipo III: Bloqueo AV de tercer grado o completo. Ninguna onda P va seguida de un QRS. Así, pues, en teoría, en el ECG aparecerían ondas P sin ningún complejo QRS. Pero esto sería incompatible con la vida, pues, si no hay complejos QRS, el ventrículo no se contrae y no bombea sangre hacia los tejidos. Lo que sucede generalmente es que el ventrículo empieza a formar impulsos (QRS) por su cuenta. Hay un ritmo de ondas P a una frecuencia normal y un ritmo de complejos QRS que procede del ventrículo y que es más lento, pero que permite que el corazón siga funcionando. Como las ondas P provienen de las aurículas y el ventrículo ha formado los complejos QRS “por su cuenta”, no existe ninguna relación entre las ondas P y los complejos QRS. Se produce entonces una “disociación auriculoventricular”, porque la aurícula y el ventrículo funcionan por separado, al estar completamente bloqueada la vía de comunicación que existe entre ambos. El ritmo de los QRS que proceden del ventrículo se denomina “ritmo de escape”.

La presencia de bloqueo AV es una contraindicación formal para usar betabloqueantes. Además, se debe saber que lo que se llama bloqueo de alto grado, que es cuando varias ondas P no pasan al ventrículo, produciendo una pausa larga, es una urgencia médica, ya que el paciente está en riesgo de tener una pausa cardiaca de duración peligrosa y debe ser remitido a Urgencias.

Figura 23. Registros ECG en pacientes con bloqueo cardiaco. En: A) es un trazad normal; B) la segunda onda P no pasa a los ventrículos y se produce una pausa en el ritmo cardiaco; C) ya son dos las ondas P que no se transmiten y la pausa es mayor, por lo que se trata de un bloqueo de alto grado. Tanto en B como en C se han marcado las ondas P en color rojo para hacerlas más fácilmente visibles.