Muchos autores creen que es mejor normalizar por la altura en metros, dado que las dimensiones cardiacas no se correlacionan directamente con la superficie corporal y porque, de esta forma, se disminuye la contribución de la obesidad al aumento de la masa ventricular. Si se estima la masa en relación con la altura, entonces se considera normal menos de 102 g/m2 en los varones y menos de 88 g/m2 en las mujeres.