Una paciente de 38 años acudió a urgencias con dolor torácico. Presentó taquicardia ventricular helicoidal que degeneró a fibrilación ventricular con adecuada respuesta al tratamiento administrado. El cateterismo cardíaco demostró hipocinesia grave de segmentos medios del ventrículo izquierdo, sin lesiones coronarias. El intervalo QTc estaba muy prolongado por lo que se decidió implantar un desfibrilador automático. La paciente se recuperó, pero presentó pericarditis como complicación tardía.